Año a año, gracias al crecimiento tecnológico, las montañas
de basura se han convertido en grandes pilones de oro y es que
celulares, notebooks, netbooks, tabletas y hasta los iPad (que funcionan
con baterías de litio, producido por la minería en Salta)
son parte de lo que tiramos, y en algunas parte del mundo, estos
dispositivos aunque ya no sirvan más para sus usuarios, en verdad no
tienen ningún desperdicio.
Debido a que China suspendió progresivamente desde el año 2010 las
exportaciones de tierras raras a Japón, las ciudades niponas -Kosaka es
el ejemplo más llamativo- debieron buscar una solución pronta y nada
podría sobrar más que los residuos electrónicos que se desechan
permanentemente gracias al desarrollo tecnológico.
Paradójicamente, la empresa que manejaba las minas de hierro de
Kosaka, Dowa Holdings, es quien ahora cuenta con la plata de reciclado
más importante de la región en donde se convierten piezas de aparatos
viejos en una mezcla líquida de donde se extraen valiosos materiales y
minerales. De esta manera lograron extraer oro, indio (que se utiliza
para la fabricación de pantallas de cristal líquido) y antimonio (que se
usa para hacer obleas de sílice para semiconductores).